Conocí la pluma de Julio Cortázar en la secundaria, tenía que leer La Noche Boca Arriba y la verticalidad del tiempo expresada en las palabras de este alargado autor me sedujo de entrada...
El interés manifiesto por conocer su obra hizo que llegara a mis manos su primera novela, Los Premios...
Y no deja de ser paradojal que su lectura desembocara justamente antes de embarcarme a conocer los territorios de ultramar. Como se sabe, la temática de dicha novela trata sobre la espera de un barco en el puerto de Buenos Aires, el Malcolm- buque de la Magenta Star. Pero la primera vez que tuve noción de la existencia del Manuscrito Hallado en un Bolsillo fue habitando las calles de la capital Argentina, corría el año 1995. Y cada vez que miraba un reflejo en el vidrio de la ventanilla del Metro, surgía la inevitable evocación del mentado texto.
Como en la tensa espera del puerto, pasé muchos años circulando por los andenes del tren subterraneo, observando cada gesto, atesorando en mi retina las características de los múltiples rostros que componen la amalgama de personas que suben o bajan del carro y que a su vez toman el Metro para desembocar en otro puerto, arriba en la ciudad...
El tópico de la espera es algo que se repite, el azar del encuentro en un mundo bajo tierra que nos conduce a circular como topos en los recovecos de los túneles, buscando una salida en la estación predestinada por las circunstancias propias del día en que abordamos el tren: una reunión, el encuentro con una mujer, el escritorio que nos espera con desgana, el apuro por llegar a destino...
La sola idea de sospechar un encuentro en la línea elegida por derrotero circunstancial- un hecho fortuito en el mundo subterraneo- fue sin duda una instancia a la que le di un valor superlativo...
La cámara que me acompañó en el registro de estas imágenes que verán a continuación fue testigo ocular de la pluma de Julio, el mundo al revés, bajo tierra...
Estacion Bellas Artes del Metro
4-30 de Noviembre 2005
Textos: Julio Cortázar
Fotos: Gabriel Pérez Mardones