sábado, junio 02, 2007



Pero entonces Margrit, si algo yo podía prever era que en algún momento Ana se volvería distraída hacia la ventanilla y entonces Margrit vería mi reflejo, el cruce de miradas en las imágenes de ese vidrio donde la oscuridad del túnel pone su azogue atenuado, su felpa morada y moviente que da a las caras una vida en otros planos, le quita esa horrible máscara de tiza de las luces municipales del vagón...